sábado, 14 de junio de 2008

MIEMBROS Y MIEMBRAS

Esta noticia salió publicada hoy en El Tiempo

(Resumen de agencias)
Todo comenzó el lunes con un lapsus de la recién estrenada ministra de Igualdad española, Bibiana Aído, a quien se le salió la expresión 'miembros y miembras' durante un discurso.
Lo que parecía ser tan solo una anécdota de la primera comparecencia oficial de Aído ante el Congreso de los Diputados ya es un tema de debate nacional.
Algunos, como el escritor y filósofo Fernando Savater, la calificaron como una "sandez"; otros aprovecharon para tildar a la ministra de inexperta, y un tercer grupo cree que se le fue la mano en su idea de igualdad idiomática.
Lo que dijo después para justificarse empeoró la situación: "Quizás veamos en el diccionario en equis tiempo la palabra 'miembra' incorporada". De hecho, pidió a la Real Academia Española (RAE) incluir la palabra.
La RAE negó la petición.
Aído replicó: "Quizás haya una cuestión de género de fondo y haya que tener en cuenta que de los 43 miembros de la Academia solo hay tres mujeres".
Desde entonces el debate ha crecido tanto que ayer la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, salió a calmar los ánimos.
"El lenguaje es muy importante, pero más allá del lenguaje y del sexismo en el lenguaje y de los debates semánticos de los últimos días, lo que tiene relevancia es el trabajo del Gobierno y de la ministra por la igualdad de los hombres y mujeres en la escuela, la empresa y en la vida cotidiana", dijo Fernández.
El caso es que, entre tanto alboroto, la misma ministra reconoció que la palabra 'miembras' ni siquiera estaba escrita en el discurso que pronunció ante el Congreso.
La pregunta es:
¿Es indispensable que los oficios, cargos, títulos universitarios... se expresen también en género femenino, o con el género masculino es suficiente? Pienso que no, que no es suficiente, y votaré --hasta que se nos acostumbre el oído-- por las presidentas, las médicas, las abogadas, las albañilas, las camioneras, las buzas... las miembras (aunque me gustan más las poetas, como María Mercedes Carranza, que las poetisas).

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me parece que querer un femenino para las funciones implica una deseo de resaltar lo raro que es que sea una mujer la que ejerce el cargo en cuestión. Si la verdadera igualdad existe, no debería ser importante un uso específico. Si voy al médico y resulta que es una mujer, ¿por qué tendría que sorprenderme?