Con todo el respeto que me merece el difunto, en Colombia -un país con centenares de secuestrados y donde frecuentemente raptan niños- resulta curioso llamarse así... Este aviso, que salió publicado el 25 de febrero pasado en la sección de obituarios del periódico El Tiempo, lo cargo entre mi billetera porque cada vez que lo veo me produce algo. Me recuerda, por ejemplo, otro nombre curioso: el de Aquiles Pinto Flores, el embajador de la República Dominicana cuando el grupo guerrillero M-19 se tomó en febrero de 1980 la embajada de ese país.
jueves, 22 de mayo de 2008
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2 comentarios:
¡ajajajjaaja! Lili me mori de la risa! Te felicito por tu Blog madrastra, está genial. Te seguiré visitando a ver qué cuentas. Un beso.
Este blog se está poniendo interesante...
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